23 diciembre 2009

PRESENTACIÓN

Durante mucho tiempo he sido lector ocasional de los blogs de otros, aun con la idea previa de que si algo falta son lectores y si algo sobra son escritores. Hoy todo el mundo está convencido de que tiene algo que decir al universo y lo más curioso es que ese convencimiento llega al extremo de pensar que hay algo que pueda decirse que no esté dicho ya.

Lamentablemente, en el 99,99 % de los casos no es así y yo soy un ejemplo de lo que digo. Entonces, ¿a qué viene crear un blog?

Pues resulta que hace más o menos una semana fui encargado de crear otro blog en el que el propietario no fuera uno mismo, como es común, sino la totalidad de los componentes de un grupo de amigos que nos reunimos con frecuencia en una tertulia que finaliza con almuerzo en algún restaurante. Al principio me resistí por principios y porque para remate, no tenía ni idea de cómo se hacía esto, pero la idea era atractiva y un buen amigo me pedía que la pusiera en práctica, aunque yo recelaba de ella porque soy viejo y sé que muchas buenas ideas terminan mal si es que deben contar con todo un grupo de personas, no ya porque su maldad sea notable, sino porque como se suele decir, cada uno somos de nuestro padre y de nuestra madre o, lo que es lo mismo, que de la infinidad de posturas ante todos los asuntos que conforman y definen el entorno de cada persona, deriva que las posibilidades de fricción sean, también, casi infinitas.

Pronto he descubierto que hasta el título de aquel blog podía ser motivo de controversia y rechazo por parte de alguno de los integrantes. Alguien sin sentido del ridículo interpreta que, desde su punto de vista, el título que escogí "In XXX We Trust" (en el que XXX es el nombre del lugar de reunión) es una burla que falta a su dios. Deseo con toda intensidad que quienes son como él, pero están con la media luna, esos que andan buscando a Salman Rushdie para hacer paté con él, no den con el blog de marras, pues me temo que si se ve una referencia a "dios" y no especifico cuál, pueden darse por aludidos los adoradores del dios de los cristianos y también los de Alá, Visnú, etc. etc.

Ya puedo imaginar lo que ocurriría si se me ocurre publicar allí sobre religión y política, lo que me impide incluir en ese blog las ocurrencias que de vez en cuando pongo por escrito y, en consecuencia, debo limitarme a tratar sobre la cría del caracol en granjas o del tiempo meteorológico en Dakota del Norte y ni eso, porque la misma persona ya ha señalado la inconveniencia de que se inserten entradas hablando de cosas "que ya están en las enciclopedias". Esto imposibilita, por ejemplo, que nadie escriba sobre Napoleón si no ha hecho la mili con él, ¿no es descacharrante?.

Como no es eso lo que me place, creo este blog de carácter absolutamente onanista, es decir, el único destinatario soy yo mismo; sin perjuicio de que más adelante facilite a alguien entrar en él pero advirtiendo que nadie tendrá derecho a sentirse agraviado por lo que aquí vea o lea.

Pondré aquí entradas que versarán sobre lo que en cada momento yo -y solo yo- considere oportuno. Podrá ser ese tratado sobre la cría del caracol en granjas del Médoc francés, una burla no disimulada sobre cualquier asunto serio, un chiste de leperos o una profunda reflexión sobre cualquier materia (si es que soy capaz de esto último). Se tratará siempre de expresar lo que me sale del teclado sin ninguna cortapisa.

Estoy convencido de que lo que yo escriba no lo leerá casi nadie, por diferentes razones: unos, son alérgicos a la lectura de cualquier tipo; otros piensan que nunca voy a escribir algo que merezca la pena y puede que no anden descaminados; los hay que por su edad o su actitud ante los avances técnicos, consideran que esto de Internet no es asunto que vaya con ellos; sé de algunos que detestan lo que ya conocen de mis ideas y no quieren dos tazones de lo mismo; con certeza, los hay que sólo se interesan por los acontecimientos que se desarrollan en su propio ombligo y no están por perder el tiempo con las pamplinas que yo, o algún otro, pueda ir escribiendo. Todos ellos tienen buenas razones para no asomarse a estos comentarios y la verdad es que, en parte, puedo darles la razón. Diría que lo único que podría justificar la pérdida de tiempo de leerme, es que nunca se sabe dónde se va a encontrar algo que nos puede interesar.  

Eso es todo. Salud.

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