13 abril 2010

Deportes

No, no voy a tratar de los deportes sino de eso que en los noticiarios o periódicos llaman noticias deportivas o, sencillamente, lo enuncian como “deportes” aunque todos sepan que no va precisamente de eso. Las noticias deportivas son al deporte lo que las películas porno son a la relaciones sexuales.

Tras ver el telediario de hoy, en la cadena de televisión en la que me parecen más interesantes y veraces (esto descarta a Telemadrid), me he quedado pensando sobre el contenido de estas noticias e inevitablemente lo he comparado con el de las noticias referentes a un asunto que me interesa mucho más: la música.

No voy a negar que soy parcial, pero no obstante me gustaría que quien leyera esto reflexionara sobre si lo que voy a decir es exagerado o falso y tenga en cuenta el hecho de que al no ser apasionado por el deporte ni tampoco su enemigo, algo de frialdad en el análisis puede que yo posea.

El deporte o, mejor dicho, el espectáculo deportivo, ha resultado ser una auténtica mina para los que viven de él, hablo no solo de los “practicantes”; también y principalmente de todos los que se mueven en su órbita y sacan una importante tajada a costa de ello. Como decía antes, a lo largo del tiempo he tenido que oír en el noticiario infinidad de declaraciones de entrenadores, seleccionadores, managers y directores técnicos que, en el caso de muchos deportes, de verdad que no sé bien a qué tareas se encuentran entregados.

Ahí se han contado cosas que incluso nada tenían que ver con el deporte o los deportistas, pero debido a que se celebra una competición internacional de motociclismo, se han prodigado las descripciones sobre tipos de neumáticos, motores, vehículos, curvas del circuito y todo lo que quepa imaginarse. Me pregunto, ¿de verdad hay un número importante de aficionados que se interesan por esos detalles? No dudo de que, como hay gente para todo, en algunos lugares hay gente bebiendo cada una de las palabras que describen esos extremos, pero ¿son tantos como para justificar su emisión en el noticiario de las tres de la tarde?, ¿no sería más lógico reservar su difusión a un programa especializado, en otro momento?

Por establecer un paralelo, me pongo a pensar en el mundo de la música, en la que hay apasionados e incluso algún fanático que otro; recuerdo que alguna vez en un concierto se ha sentado a mi lado alguien que llevaba la partitura de la composición y la iba siguiendo según se interpretaba. ¿Alguno de ellos siente interés por cómo es o cómo se llama la esposa del director de la sinfónica de turno?, ¿sabe alguien si esa esposa mantiene relaciones adúlteras con el primer violín o el contrafagot? Hablando del primer violín, ¿alguien conoce a su madre o a su hermana por algún anuncio de esos que salen en la tele?, ¿cuántas personas conocen el nombre o aspecto de las esposas de Plácido Domingo o Daniel Barenboim?

Para qué hablar del hardware de la música. Por ejemplo, ¿alguna vez alguien ha oído en la retransmisión de un concierto algo así como “el saxofonista barítono, que utiliza un instrumento dorado de la marca Selmer…”? Podría ser también algo como “el clarinetista que utiliza un instrumento con afinación en Si bemol…” ¿Alguna vez el director de una orquesta ha aparecido vestido como un payaso, con todo el traje cubierto de marcas comerciales?

Sé que esto resulta aburrido, pero ¿pueden suponer el hastío que representa toda esa pornoinformación deportiva para el que no siente mayor interés por el tema? Y no me digan que se puede apagar el televisor al llegar a esa sección. Desde hace algunos años, todos los noticiarios de televisión presentan en el avance del comienzo un amplio adelanto de las apasionantes noticias deportivas que nos servirán, aún con más detalle, cuando llegue su momento.

El lado positivo de todo esto es que esta saturación de noticias y retransmisiones deportivas, me ha alejado de la televisión hasta el punto de que actualmente es para mí, casi de modo exclusivo, una pantalla para el cine que veo en casa.

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