Hay una pregunta que
constantemente nos hacemos unos a otros: ¿son los políticos españoles
excepcionalmente corruptos? Yo siempre respondo lo
mismo: el asunto no es que los políticos españoles sean especialmente
corruptibles, sino que los españoles somos bastante corruptibles en general, no
damos importancia real a ese delito
y solemos premiarlo con nuestros votos llegando a otorgarles la mayoría
absoluta en las elecciones. Esa correspondencia entre ciudadanos y políticos vale para cualquier país, porque
los políticos no son más que personas extraídas de entre la población y por lo
tanto, de una población con escasa conciencia cívica saldrán políticos como los
nuestros. ¿Por qué Dinamarca es el país menos corrupto del mundo según
Transparencia Internacional? Pues porque seguramente los daneses son
escasamente corruptos, tienen principios, y desprecian profundamente al que cae
en ese delito y además la corrupción tiene
penas muy duras. Por el contrario, ¿por qué Guinea Ecuatorial es uno de los
países donde la corrupción es más intensa, según la lista publicada por esa
organización?, ¿hace falta que lo diga?, ¿tendrá algo que ver Teodoro Obiang Nguema –no olviden que se formó en España– y su hijo, conocido como Teodorín? (en la foto, Obiang es el que se encuentra en la foto inferior, a nuestra izquierda).
Hay una estadística que afirma que en España hay un bar por cada 460 habitantes. Parece excesivo, aunque eso no es nada comparado con los políticos per cápita que mantenemos, porque estos han resultado ser una especie mucho más peligrosa y costosa.
¿Cuántos españoles hay por cada
político? Bueno, eso sería asunto muy difícil de contestar, pero hagan la
cuenta. Tenemos un Senado –que hasta hoy, nadie ha conseguido averiguar para qué sirve–
con 266 miembros y un Congreso que actualmente cuenta con 350 diputados. No
está nada mal, pero ¿qué tal si sumamos los miembros de los parlamentos regionales?, porque cada uno tiene un buen número de miembros; Galicia tiene 75,
Andalucía 109, Cataluña 135, Castilla-León 84, etc. hasta hacer un total de 1268 diputados autonómicos. Si a eso le sumamos el ingente número de
asesores, directores generales, consejeros, delegados del gobierno y en fin,
todas esas canonjías con las que quienes ganan las elecciones –sobre todo si es
con mayoría absoluta– obsequian a familiares, amigos y allegados, podemos
hacernos una idea del coste de esa inmensa muchedumbre que compone la
clase política, muy lejos en todo caso de esos 450.000 que dice Jiménez Losantos. Por si acaso, avisaré que no estoy planteando la desaparición de los políticos o los partidos.
Dinamarca, con una primer ministro socialdemócrata, tiene un parlamento
unicameral de 179 miembros. Parecen bastantes, teniendo en cuenta que la
población del país es de alrededor de 5,5 millones, pero hay diferentes
circunstancias, como que no existe esa cantidad enorme de puestecillos para otras
tantas sanguijuelas que harán lo imposible por sacar buen provecho, rentabilizando adecuadamente el cargo. Por supuesto, y lo digo sinceramente, no creo que el cien por cien
de nuestros políticos sean así, pero tristemente el porcentaje es muy elevado,
porque aquí –como ya decía antes– no hay una moral civil y la moral religiosa consiste
en ir al Rocío, rendir pleitesía al cristo de Medinaceli, acudir a las fiestas
religiosas locales y otras actividades de ese rango. Bueno, en el caso de algún fanático con apellido compuesto recién sacado del horno, también en legislar desde su ministerio para dificultar o impedir la interrupción voluntaria del embarazo.
Siguiendo con Dinamarca, ellos
podrían darse el lujo de tener casi un político por habitante si quisieran,
pues la organización, laboriosidad y eficacia del país es muy alta, pero no les ha dado por ahí. Cuentan –de
verdad– con una sanidad pública inmejorable, cuentan –de verdad– con una
enseñanza pública magnífica y realmente gratuita, permitiéndose el lujo de gratificar a
cada estudiante mayor de edad con un salario mensual que casi alcanza los 750
euros, una magnífica red de autopistas completamente gratuitas, ayuda para la
vivienda, protección real a las
personas dependientes, etc.
Para terminar y aunque EE.UU. no es
hoy un país ejemplar en casi nada, no está de más recordar que tiene en la
actualidad cerca de 310 millones de habitantes y posee un gobierno federal
formado por dos cámaras: el Congreso tiene 435 miembros y el Senado 100, es
decir, dos senadores por cada estado. Para hacernos una idea, California, que
cuenta con casi 38 millones de habitante, cuenta con dos senadores. En España, la provincia de Soria,
con 95.000 habitantes, tiene cuatro senadores. Agotados que estarán estos pobres…
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