02 febrero 2013

El hundimiento de los partidos



No sé a los demás, pero a mí me ha costado aceptar que, si todo marcha según se presenta hasta ahora, España entra en una etapa similar a la que hace unos 20 años atravesó Italia y su Tangentopoli (Sobornópolis en español), en la que sus dos grandes partidos –Democracia Cristiana y Partido Comunista– se fueron al diablo, y en su lugar aparecieron otra serie de partidos aún peores, que ya es decir.

Basta con leer los periódicos digitales y –muy importante– los comentarios de los lectores que casi siempre acompañan sus noticias. Todos disparan sobre los partidos mayoritarios PP y PSOE y si no fuera porque los votantes del primero son inasequibles al desaliento –y a la reflexión– nadie volvería a votar por ninguno de los dos y manifiestamente es lo que sucede en lo que respecta al PSOE, que no sube en expectativa de voto pese al espectáculo que el PP está ofreciendo al país. Prácticamente nada de lo que hagan puede mejorar este porvenir que se les presenta e incluso a la vista de sus actuaciones presentes, parece que ellos no se dan cuenta o no quieren darse cuenta de que su tiempo está llegando a su fin. Por supuesto que lo que afirmo es extensible a partidos de ámbito regional como el PNV o CiU o cualquier otro, pues no creo que se salve ninguno de los existentes; todos son ciegos y autocomplacientes.

En el PP parecen imaginar que si niegan todas las evidencias de corrupción y aprietan los dientes, esta situación pasará a ser un mal sueño. Algo parecido en el PSOE, leo esta semana un artículo en El País donde se revela que hay unos 150 pensadores del partido o afines trazando lo que han de ser las directrices para efectuar una gran renovación, pero al tiempo se habla de llevar a cabo grandes pactos con el PP y de otros propósitos que no son más que la repetición del pasado. Pero, ¿es que no se dan cuenta de que por ser tan parecidos al PP están donde están?, ¿que es imposible pactar con el PP si no es renunciando a acciones fundamentales para esa renovación?, ¿se les ha pasado por la cabeza que –por ejemplo– el PP va a permitir que se ponga en su lugar a la iglesia católica (algo que estaba en el programa electoral del PSOE en 2008) y su enseñanza concertada o penalizar fiscalmente a las grandes fortunas o acabar con los privilegios de la banca, o...?, ¿de verdad piensan que van a poder vendernos de nuevo la misma mona sin siquiera molestarse en vestirla de seda?

Soy peor que pesimista y tal y como está la situación no veo qué salida puede tener España si no es el caos y el advenimiento de un Berlusconi español para acabar de hundirnos. Parece que la inteligencia de nuestros políticos actuales no da para percibir que, o se cambia radicalmente de comportamiento o esto se ha acabado. Y respecto de la inteligencia de buena parte de nuestros ciudadanos, mejor no hablar.

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